Cualquier persona al menos mayor de 40 años, haya estado o no en la marcha del pasado 8-N, habrá sentido un "Dejavu" con aquel inolvidable “Alfonsinazo” realizado también en el obelisco allá por 1983. No hay una cifra cierta sobre que cantidad de ciudadanos que se congregaron en la plaza de
No puede negar que con un gran esfuerzo
la Presidente
trato de ocultar su irritación con una mezcla de nerviosismo manifestado a través
de constantes gesticulaciones con sus manos y su rostro por momentos
desencajado, producto de la dimensión que había tomado el evento en todo el país.
La impactante imagen mostrada desde Olivos con semejante enjambre de gente
prácticamente “rodeando” la
Quinta , metía miedo con solo imaginarse qué tan cerca se habrán
sentido tentados de saltar las vallas e ingresar al predio para demostrarle que
los que estaban allí eran personas de carne y hueso que necesitaban ser escuchados
con su reclamos y hasta incluso poder ser recibidos por la propia mandataria.
Lo que mas cuesta entender es
como la sordera presidencial se profundiza a partir de este hecho histórico
donde cualquier otro presidente que viera que sus conciudadanos se reúnen para
repudiar las políticas desacertadas de su administración, lo menos que podría
hacer es enviar señales de haber tomado nota del mensaje y que estaría dispuesto
a realizar una revisión de su gestión, lo que demostraría que ese presidente
hace su propia autocrítica porque no se considera ningún “Dios o Faraón”
omnipotente que todo lo puede.
Pero la mala fortuna es que
tenemos a una persona psíquicamente enferma que esta al frente del manejo del
destino de la nación y el de cada uno de nosotros. Y para colmo de males
tenemos que estar escuchando las voces de los mismos políticos que días antes
se pusieron de acuerdo en firmar un documento de rechazo a la re-elección, y
que ahora sobre el efecto post 8-N ponen en evidencia su desinterés en
interpretar el sentido verdadero que tuvo la marcha, demostrando así que siguen
siendo los mismos inútiles e incapaces de ponerse al frente de un liderazgo
genuino surgido desde el núcleo de la protesta, y que es ni mas ni menos que poner
en practica y con sentido común, las diferentes proclamas que emanaron ese día
desde miles de gargantas y que se vieron impresas en centenares de pancartas.
Dicho esto tampoco esperemos tener
noticias desde el oficialismo dando cuenta que se pondrán a trabajar sobre
estas demandas y que pronto se verán síntomas de cambios. Por el contrario;
sabemos que su estilo es ir por más odio y resentimiento. Desde el gobierno nos
espera una represalia muy dura como castigo divino por habernos atrevido a
levantar el dedo inquisidor contra su majestad la reina, en abierta complicidad
con el Grupo del clarinete. En este sentido los jueces del oficialismo ya están
con la maquinaria judicial a full en ver como descabezan al multimedios por la vía
legal con la cual tienen puestas sus esperanzas en que la SCJN acepte el per saltum y
falle a favor. Pero no se descarta que puedan tomar “por asalto” las instalaciones
de Cablevisión en caso que fallare la primera opción, con tal de no convertirse
todo este circo en un fracaso rotundo que les reste votos en el 2013 (siempre y
cuando llegue a haber elecciones…).
El camino sigue ríspido, lleno de
obstáculos y piedras. Se avizora en el horizonte que pronto los ciudadanos vamos
a tener que retomar el protagonismo en las calles, tal vez varias veces antes
del 7D. EL odio y rencor que este gobierno le guarda a “la clase media
destituyente”, nos obliga a estar las 24 horas de guardia, controlándolos a
ellos y a todo el arco político en general.
Fue este jueves donde nuestra reacción
como ciudadanos indignados, con un poder de convocatoria inconmensurable para
varios analistas políticos, hablo a las claras de porque hoy nadie nos
representa.
“No hay peor ciego que aquel que
no quiere ver”. No hay peor persona que aquella que no admite errores y
falencias en su proceder y que no este dispuesta a corregirlas. La sensación
que dejo el fastuoso e imponente 8-N además de su épica histórica, tiene un
costado de sin sabor. En el fondo la gente sabe que desde el gobierno no harán
nada para cambiar porque si lo hicieran estarían reconociendo sus errores. Y
eso no forma parte del ADN del Kirchnerismo-Cristinismo. En contra posición a
esa postura, del pasado Jueves 8 emergió una sociedad harta de la mentira y la
corrupción que por segunda vez tuvo que volver a advertirle al oficialismo que
cambie si o si sus “formas y estilo” de gobernar.
Pero no lo va a hacer y eso ya
esta decidido. La prueba la tuvimos en el evento de Ezeiza previo a la marcha, donde
Ella lo recordó a “El” cuando le decía que “nunca aflojara y menos en los
peores momentos”, reconociendo así inconcientemente que su gobierno atraviesa
una de las peores situaciones vividas desde el inicio de su primer mandato en
el 2007. La pregunta que cabe entonces es si no va a hacer nada (sabemos que seguirá
derecho en dirección hacia el iceberg), quien dentro de su entorno se atreverá
a contradecirla sabiendo que están llegando noticias de que hay mucho malestar
en el segundo y tercer cordón del conurbano, que hay intendentes que están
preocupados porque ya no controlan a los planeros, que los demás frentes de
conflictos llámense sindicales, FF.SS, sector externo con el tema Fragata
Libertad, los Out-Holders, la inseguridad, la inflación, etc. etc. todo eso da
cuenta de que estamos parados sobre un enorme barril de pólvora y que solo
falta que algún distraído arroje la colilla del cigarrillo.
Tal vez intenten calmar las aguas
con alguna medida de corte populista, que apague el ruido de “las tripas” porque
ya se acerca el clima de Fin de Año con “pan dulce y sidra para todos” pero
cuidado!, porque el jueves sucedió algo que hizo dar vuelta la pagina de la
historia. El que avisa, no traiciona y si Ud. Sra. Presidente no quiso tomar
nota de ello, no venga después a querer victimizarse “por cadena” cuando sea
tarde y ya haya estallado la ira.
By Riddick
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