CAMPORA-RUCCI.
Abrazo en la Casa de Gobierno. Se va Cámpora. Asume Lastiri. No será el último
cambio. El país sufrirá las consecuencias.
El 12
de julio de 1973 con la renuncia de Héctor Cámpora, terminan los primeros 49
dias de gobierno peronista. Muy poco tiempo en términos históricos. Pero
suficiente para que la extrema izquierda ocupe lugares importantes en el
gabinete, en la administración nacional y en los municipios provinciales. En
esas 49 jornadas de violencia y anarquía, se ocultaban una de las claves del
derrumbe. Lastiri llega al poder de la mano de Lopez quien había logrado que
Cámpora lo incluyera en la lista de candidatos a Diputado Nacional, y tras el
triunfo electoral del FREJULI, fue designado presidente de la Cámara de
Diputados de la Nación, cargo en el que se encontraba hasta la renuncia de
Cámpora y Solano Lima. En ese momento, por influencia de José López Rega
–ministro de Bienestar Social–, se consideró conveniente interferir el
dispositivo constitucional de sucesión presidencial, para lo cual al vicepresidente
provisional del Senado, Díaz Bialet (2º en la línea sucesoria),
precipitadamente se lo embarcó en el primer avión para Europa a cargo de una
misión inexistente. De este modo, Lastiri (el tercero en la línea
constitucional por ser presidente de la Cámara de Diputados) pudo asumir
provisionalmente la presidencia y convocar a nuevas elecciones donde entregó el
mando a Juan Domingo Perón, electo para su tercer mandato.
Con
Lastiri en el gobierno, el poder seguía siendo ejercido por Peron, que a pesar
de no haber sido todavía consagrado por tercera vez presidente de los
argentinos, ya se vislumbraba que se iba preparando el terreno que conduciría a
ese objetivo final.
Durante
el breve gobierno de Lastiri —que había sido electo diputado por el Frente
Justicialista de Liberación pese a pertenecer al ala conservadora del
justicialismo— se produjo un giro a la derecha en el gobierno peronista.
Lastiri era yerno de López Rega, el ideólogo de la Alianza Anticomunista
Argentina, también conocida como La triple A. Alberto Juan Vignes, reemplazó a
Juan Carlos Puig en el Ministerio de Relaciones Exteriores. Además, el nuevo
ministro del Interior fue Benito Llambí, tras la salida Esteban Righi,
considerado afín a Montoneros. A pesar de ello, la política exterior siguió un
perfil tercermundista. En agosto de 1973, la Argentina concedió a Cuba un
préstamo de 200 millones de dólares para adquirir maquinarias y automóviles.
José Ber Gelbard, también confirmado como ministro de Economía, continuó con su
política anterior, nacionalizando los depósitos bancarios y anunciando un Plan
Trienal de desarrollo. Lastiri, sin embargo, detuvo las medidas de amnistía y
pacificación de los presos políticos del régimen de Lanusse que había tomado
Cámpora con amplio apoyo popular, con lo que hacia el final de su mandato
recrudecieron las acciones de Montoneros y del Ejército Revolucionario del
Pueblo (ERP). El 25 de septiembre de 1973, el secretario general de la
Confederación General del Trabajo (CGT), José Ignacio Rucci fue asesinado.
Aunque en primera instancia negaron la autoría, finalmente se descubrió la
implicación de miembros de Montoneros en el hecho. Ese mismo mes, el ERP había
asaltado el Comando de Sanidad del Ejército en el barrio de Parque Patricios de
la ciudad de Buenos Aires, con un saldo de un muerto, lo que se utilizó para
justificar su ilegalización y la clausura del diario El Mundo. Asimismo, se ha
acusado a Lastiri de tener vínculos con la logia masónica P2 de Licio Gelli.
LAS
CORBATAS. “Tengo unas trescientas. Me gustan mucho. La Señora de Peron me trajo
algunas de Italia y de Francia. Norma, mi esposa, también me ha regalado
algunas muy lindas…”
El 29
de enero de 1976, GENTE publico una nota sobre Raúl Lastiri. Era la semana que
todo el país hablaba de la “lastirización” del gobierno, de una abierta y total
influencia de Lastiri en las decisiones presidenciales. La nota fue mucho más allá
de su contenido estrictamente periodístico; el despliegue demostrado por
Lastiri en su casa y en su conversación fue una especie de “bomba” que despertó polémicas y una fuerte irritación
en los medios del oficialismo.
22 DE AGOSTO DE 1973. Uno de los asesinos de Aramburu habla públicamente.
22 DE
AGOSTO DE 1973. Uno de los asesinos de Aramburu habla públicamente. VIVA LA
MUERTE: Fue en el estadio de Atlanta. Se celebraba un anirvesario de los hechos
de Trelew. A cara limpia y públicamente, Mario Firmenich, mas tarde prófugo de
la justicia, hablo de “la revancha”. Firmenich fue uno de los del ex presidente
Aramburu. Entre los “oradores” estaba también Juan Manuel Abal Medina, hermano
de otro de los asesinos de Aramburu. Dijo Firmenich: “La primera tarea es
apoyar a Peron. La segunda, la presencia de la unidad nacional contra el
imperialismo. La tercera, la afiliación masiva y el trasvasamiento generacional
del Movimiento para llegar a la organización popular y a la militancia activa”.
Las banderas de la subversión flamearon toda la noche.
OTROS
TIEMPOS. ROMA. Año 1973. Marzo. Cámpora es presidente electo. Asumirá en dos
meses. El, su mujer, sus hijos, Perón, Isabel y Lopez Rega se encuentran en
Roma. Motivo: “contactos económicos” anuncian. Interlocutor: el enigmático financista
Giancarlo Valori, representante de Perón en Europa.
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