Corría el año 1823, -Diciembre
precisamente-, cuando el Gral. D.J. de San Martín de vuelta en Buenos Aires
tras su campaña Libertadora que había provocado el alejamiento de su
familia, pudo reencontrarse con su hija
Merceditas, una niña de 7 años casi una desconocida para el, con quien no solo
había tenido la oportunidad de compartir su niñez sino tampoco la posibilidad de
forjarle su carácter y personalidad, además de recibir una educación con los
conocimientos escolares de la época.
Ante la necesidad de compensar
ese tiempo transcurrido y atenuar la preocupación de que su hija no tuviera
incorporado ciertos valores éticos y morales, el Libertador tomo papel y pluma
y redacto las Máximas que representan el pensamiento de aquel pro-hombre, lo
que lo convirtió definitivamente un verdadero estadista:
1. Humanizar el carácter y
hacerlo sensible aun con los insectos que nos perjudican. Stern ha dicho a una
mosca abriéndole una ventana para que saliese: "Anda, pobre animal, el
mundo es demasiado grande para nosotros dos".
2. Inspirarle amor a la verdad y
odio a la mentira.
3. Inspirarle gran confianza y
amistad, pero uniendo el respeto.
4. Estimular en Mercedes la
caridad con los pobres.
5. Respeto sobre la propiedad
ajena.
6. Acostumbrarla a guardar un
secreto.
7. Inspirarle sentimientos de
indulgencia hacia todas las religiones.
8. Dulzura con los criados,
pobres y viejos.
9. Que hable poco y lo preciso.
10. Acostumbrarla a estar formal
en la mesa.
11. Amor al aseo y desprecio al
lujo.
12. Inspirarle amor por la Patria y por la libertad
Ud. Estimado lector debe estar
diciéndose lo mismo que me dije cuando
finalice de leer estas líneas: “Que ironía traslucen estas palabras!” Ahora
¿Que hubiese sido de nuestro bendito país si hubiésemos tenido dirigentes de la
talla de este pro-hombre? No cabe dudas que otro destino hubiéramos tenido como
nación y como ciudadanos si al menos algunas de las frases precedentes hubieran
sido puestas en practica e inculcadas desde el máximo cargo que un ciudadano puede ocupar en el
país.
Cualquier persona sensata se
preguntaría porque la actual mandataria de dudosa legitimidad en el poder, no tuvo la inspiración en estas
máximas para llevar a cabo su proyecto de “desarrollo y crecimiento con
inclusión social pero VERDADERA”, no un proyecto que hasta ahora solo mostró
como coyuntura principal la transferencia de los recursos naturales hacia las
grandes corporaciones extranjeras y el enriquecimiento desmedido empezando por
el propio “matrimonio” hasta el ultimo funcionario de ambas administraciones.
Como decía mi abuelo materno “El
ejemplo siempre viene de arriba”. Desde el gobernante de un país, desde el
gerente de una empresa, desde el padre de una familia, es el que luego de haber
empeñado su palabra deberá demostrar con
hechos y acciones concretas lo que prometió para que algún día ese
gobernante, gerente o padre pueda ser juzgado como persona de honor, o bien
como un simple farsante.
Por esta razón el ejemplo de la
ética y la moral que nos dejo como legado nuestro Libertador en sus Máximas
deberá prevalecer para las futuras generaciones. Y somos nosotros hoy quienes
tenemos la responsabilidad de inculcárselas a ellas como principios básicos de
convivencia y respeto para los tiempos por venir. Sin estas dos premisas, no
podremos fijarnos como objetivo dar vuelta esta historia de decadencia y
degradación a la que hemos llegado como país, como nación.
No podemos esperar nada de
quienes nos gobiernen si éstos no emplean la ética y la moral en todos sus
actos cotidianos de gobierno. Es allí donde la ciudadanía les debe recordar que
se están desviando del rumbo, que están faltando a la palabra empeñada. Que
cuando juraron con la frase devaluada “Que Dios y la Patria me lo demanden”
sepan que esta vez SI los vamos a demandar por cada una de las promesas
incumplidas. Y un anticipo de ello ya lo tuvieron el pasado 13-S con el impacto
inesperado que dejo esa movilización.
Predicar con el ejemplo, con la
ética y la moral, con actos transparentes y con imparcialidad serán los
baluartes de personas de bien que tal vez afloren entre esa enorme marea humana
que llegara en Noviembre. Seguramente de allí salga nuestro “Hombre Gris” que algún
día pueda conducir con decencia los destinos de nuestra Nación.
1 comentario :
Totalmente de acuerdo. Siempre digo que hay que predicar con el ejemplo.
Saludos PTB
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