LA
NACION ERA UN CAOS. Fabricas tomadas, universidades tomadas, oficinas del
Estado tomadas. La paralización amenazaba ya al país. Cámpora preparaba su
viaje a España para buscar a Perón. Un sábado al mediodía hizo parar su
caravana presidencial en un bar de Flores y jugo una partida de billar.
Mientras tanto la izquierda ganaba posiciones y ponía al país en el marco de
coyuntura que no quería, QUE NO HABIA VOTADO, y que iba a terminar en un
desastre.
GUIRRILEROS
LIBRES. Cárcel de Devoto. Desde los muros de protección, Juan Abal Medina
anuncia que ha logrado la libertad para los presos. “Los compañeros
combatientes” estaban nuevamente en la calle. Procesados muchos de ellos por
atentados, acción subversiva y asesinatos (había también delincuentes comunes),
fueron irresponsablemente liberados de esta manera. Esa noche, la del 25 de
Mayo, Cámpora mando a “abrir las jaulas” y los asesinos del pueblo lograron su
libertad.
Si
la historia tiene que elegir mañana el día más largo de la Argentina entre mayo
de 1973 y marzo de 1976, elegirá sin duda el 25 de mayo de 1973. Y de ese día,
la noche en que los guerrilleros salieron de las cárceles. Los hechos
sucedieron de esta manera.
Pocos días
después del triunfo de Cámpora, los miembros de la Cámara Federal (que había juzgado
y condenado a los delincuentes subversivos) empezaron a sufrir amenazas de
muerte. Pero además de esa presión clandestina se ejerció sobre ellos otra,
oficial: de “arriba” –según testimonios directos-, se les pidió “aflojar un poco en las investigaciones
antisubversivas”. El juego empezó a ser mostrado cada vez mas desembozadamente.
Cuando el cadáver del terrorista Fernández
Palmeiro (“El Gallego”), asesino del contraalmirante Hermes Quijada entro en la
morgue, el jefe de policía Alberto Cáceres informo a la Cámara Federal que “por orden de Cámpora debía suspenderse la
autopsia”. La situación se hizo insostenible para los camaristas. Poco a
poco retiraron sus cosas de las oficinas, convencidos que la Cámara estaba a
punto de desaparecer. Sin embargo, fueron previsores y responsables: veinte días
antes de la asunción de Cámpora enviaron al arsenal naval las armas
secuestradas a los terroristas, mientras la Armada fotocopiaba toda la documentación
de las investigaciones antisubversivas, en la certeza que sería robada y
quemada. También pruebas, entre otras cosas, de que el ministro de Interior
Esteban Righi había ordenado a un grupo de amigos que hicieran desaparecer una
importante documentación que guardaba DIPA (ex Coordinación Federal). Así se llegó
al 25 de mayo de 1973.
La noche negra del 25: GUERRILLEROS EN LIBERTAD
A las
ocho y media de la noche, Juan Manuel Abal Medina, secretario del Movimiento
Justicialista y hermano de uno de los asesinos de Aramburu, llamo por teléfono al
ministro Righi y le exigió un decreto de Cámpora para liberar a los terroristas
presos en Villa Devoto y en Caseros. Righi le contesto: “Quedate tranquilo, voy a hablar con Cámpora. Esta noche los van a
largar a todos”. Media hora más tarde, Abal medina insistió. Righi, eufórico,
le informo que el decreto ya estaba firmado. Entonces, desde la sede del
Partido Justicialista, Boedo 127, Abal Medina y sus acólitos se apoderaron de
autos, camiones y colectivos, juntaron toda la gente que pudieron y fueron
hasta el penal de Villa Devoto, al que tomaron por asalto. Abal Medina hablo
desde las almenas. Se produjo un tiroteo. Hubo muertos y heridos, pero las
cifras nunca se conocieron. Y a la una de la madrugada del 26 quedaron en
libertad todos los presos, delincuentes comunes y terroristas. Tiempo después fue
asesinado en la puerta de Viamonte al 1500, el juez Jorge Quiroga, de la Cámara
Federal. Aquellos que los mataron estaban presos. Y la noche del 25 de mayo de 1973, en apenas unas horas y por
orden del presidente que había prometido “paz
y unidad”, quedaron libres y con las armas en la mano. El país pagaría con
sangre inocente esta medida.
POR ENCIMA DE TODO. Las autoridades policiales, el ministro de Interior que pocas horas antes había asumido la cartera del orden, fueron pasados por encima. Con violencia, con tiroteos, se consiguió la "libertad". Un episodio vergonzoso.
CAPITULO MINISTROS
1_
ANTONIO BENITEZ Ministro de Justicia. Rosarino, 70 años-.Ex presidente de la Cámara
de Diputados. Interventor en la UBA. Apoderado del PJ. Dijo: “Vamos a hacer una
revolución pacífica. Es posible lograr, en paz y sin violencia, los cambios que
reclama el pueblo. Pueden vivir y trabajar en paz los argentinos”.
2_
RICARDO OTERO Ministro de Trabajo. Bonaerense. 51 años. Delegado gremial del
Calzado. Secretario Gral. De la UOM en capital. Dijo, casi al final de su gestión,
ante las cámaras de TV, para justificar una alarmante ola de ausentismo laboral
en todo el país: “¿Ausentismo? Si, algo hay. Bueno… es comprensible… los
muchachos se hacen la rabona”.
3_
JUAN CARLOS PUIG Ministro de Relaciones Exteriores. Rosarino, 45 años. Doctor
en Diplomacia. Dijo: “Es firme nuestra decisión de mantener estrechas
relaciones con los países del Tercer Mundo. Lo mismo ocurrirá muy pronto con
Cuba. La política con Washington va a cambiar. Vamos a realizar una Argentina
que sea justa, libre y soberana…”
4_
ESTEBAN RIGHI Ministro del Interior. Chaqueño, 34 años. Abogado. Especialista en
Derecho Penal. Hablo ante la policía. Dijo: “Hay tensiones y habrá conflictos.
Lo sabemos. No nos asusta. La función policial no será combatir esas
manifestaciones. No lo consentiremos…”
5_
JOSE VER GELBARD Ministro de Economía. Argentino naturalizado. 56 años.
Presidente de la CGE. Sus slogans fueron: “Pacto Social, inflación cero, política
de concertación”. El pacto social fue quebrado a los pocos meses, Argentina
inicio una espiral inflacionaria que llegaría al 434%, y la política de concertación
fracaso.
6_
JOSE ALBERTO TAINA Ministro de Educación. 62 años. Decano de la Facultad de
Medicina. Médico Personal de Eva Perón. Dijo: “La Universidad será un ejemplo”.
A partir de ese momento hubo facultades ocupadas por grupos guerrilleros,
amenazas y ataques a profesores, tiroteos en las aulas. Ondearon banderas de la
delincuencia subversiva. Nadie lograba estudiar.
7_
JOSE LOPEZ REGA Ministro de Bienestar Social. 57 años. Cabo 1º de la Policía.
Astrologo. Asesor de cosmetología astrológica. Secretario privado de Perón.
Dijo: “No me gusta prometer y no cumplir”. Termino su gestión procesado como
delincuente común. Debe responder ante la justicia por estafas, malversación de
fondos públicos, compra ilegal de armas y cuestiones vinculadas al grupo
terrorista Triple A.
LOPEZ
REGA Y FAMILIA. José López Rega, ya designado ministro de Bienestar Social,
sale del Congreso junto con su esposa y su hija Norma. Casi sin antecedentes políticos,
se convertiría poco después en el “Hombre fuerte” del gobierno.
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