Desde
la famosa frase El que apuesta al dólar
pierde, los argentinos hemos aprendido que en épocas de inflación, no
existe mejor refugio para nuestros ahorros, que comprar dólares, siempre y
cuando, exista la posibilidad de encontrar alguno...
¿Dónde
hay un dólar para comprar? La misma pregunta se repite una y otra vez entre los
desahuciados habitantes del país que ven como sus ahorros se licuan día tras
día mereced a una inflación voraz e implacable que no tiene límite porque este
desgobierno no le encuentra el agujero al aro para detener su avance feroz. La
mayor parte de las reservas del BCRA ya se fueron, pero ¿Alguien sabe dónde
están? ¿Cómo se explica que de llegar a tener más de U$S 50.000 millones de
dólares a fines del 2011, hoy estemos cerca de los U$s 8.000 ó U$s 6.000
millones de dólares de libre disponibilidad? ¿Quién se las robo? Cuando el
gobierno sale a decir que es por culpa de los fondos buitres que hemos llegado
a esta instancia, el fundamento de esa afirmación se diluye cuando vemos que
esta debacle lenta pero permanente comienza allá por el año 2007, donde
expertos en economía tras la victoria pírrica del FPV, aconsejaban hacerle “un
service” al famoso modelo de inclusión social, porque ya existían signos de una
inflación incipiente.
Sin
embargo los kirchners desoyeron estas advertencias, y emborrachados por la
euforia de haber ganado con la formula Cristina-Cobos, Néstor Kirchner puso en
marcha la segunda fase de su plan, que consistía en el doble comando de la
nueva gestión, para así expandir su “poder de fuego” tras la sombra de su
esposa, e ir por aquellas cajas del estado que más concentraban fondos públicos,
susceptibles de ser malversados. Así avanzaron sobre las AFJP, luego el INDEC,
y más tarde la ANSES, entre otras. Muerto Néstor Kirchner, Cristina quedo sin
respaldo ni contención, tanto en el ejercicio del poder como en su vida
personal. Con el triunfo de un segundo periodo, sin tener claro el camino hacia
dónde ir, prefirió profundizar el modelo económico aplicando la épica y la
ideología, acorazándonos lejos del mundo civilizado y normal, sin imaginar que
ese encierro ensimismado de la realidad, nos llegaría a costar todo el logro y
el capital acumulado en los primeros años dorados del régimen K. La fastuosidad
ejercida con descaro por parte de muchos funcionarios del gobierno comenzando
por la presidente, contribuyeron a que hoy muchos argentinos estemos pagando
caro “la fiesta kirchnerista”, en la que todos fuimos apenas convidados de
piedra.
El soviético,
el marxista, el gótico, son algunos de los apodos que se ganó el ministro de economía
Kicillof. Un joven profesional de mirada seductora, que cautiva la atención de
Ella. En los pasillos de la Rosada, dicen que solo lo escucha a él; que nadie
tiene tanta llegada, como el mitico defensor de Marx y sus retrogradas políticas
económicas, que han hundido a la Argentina, en el mas profundo de los abismos
recesivos e inflacionarios.
Para
colmo de males, hoy estamos en manos de un ministro de economía marxista que
tiene embelesada a su jefa, porque ambos coinciden en el pensamiento
retrogrado, que es ir contra un mundo donde la economías se desarrollan con
libertad de mercado, y no atadas a los caprichos de un estado que se mete en
todas las actividades productivas para tener todo bajo su control. Así
pretenden llevar a delante una ley de abastecimiento que solo causara mayor recesión
y conflicto social. En la desesperación por querer lograr incrementar las
reservas vía ingresos de divisas, el gobierno navega en aguas turbias y
agitadas, buscando cualquier alternativa válida para conseguirlo. Por eso
frenan importaciones para evitar el drenaje, pero no logran que exportadores
que aún no han liquidado saldos de la última cosecha, se lancen al mercado a
vender sus dólares. Y allí es donde posiblemente se esté gestando una nueva
batalla contra el campo, a través de la aplicación de esta nueva ley que dará
facultades al gobierno, para obligar a los acopiadores de granos, a vender sus
stocks.
Tampoco
lograran encauzar el problema del default, porque no les interesa resolverlo;
al contrario lo utilizan como muletilla ideológica inventando una nueva y
alocada aventura para convencer a sus adeptos que la única alternativa de salir
adelante es “Patria o buitres”- “Cristina o el caos”. O son estúpidos, o están
enfermos, o ambas cosas. Ellos necesitan dilatar todo y llegar al 2015 como
sea, sin sobresaltos ni estallido social. La consigna es negar todo, inflación
incluida, y preservar las fuentes de trabajo para evitar piquetes, paros y todo
tipo de protesta. Inundar la plaza de pesos, para que haya dinero en los
bolsillos de la gente, obligando a los bancos a que presten a tasas por debajo
de la inflación. Reinstalar el consumo a través del gasto con tarjetas de
crédito en 12 cuotas y a tasa cero para determinados artículos. Así “la gilada”
estaría ocupada gastando y gastando, con el riesgo latente que en algún momento
todo explote por los aires.
Mientras
“Franklin” se niega a multiplicarse asimismo, varios funcionarios del gobierno,
entre ellos el presidente del BCRA, viajo a Suiza en una búsqueda desesperada
contra reloj, tratando que algún banco u organismo internacional, se apiade de
nosotros y nos preste algunos billetes de la moneda norteamericana. Esto de ir por
el mundo mendigando al mejor estilo de “pasar la gorra”, nos da la idea de la
desesperación que existe en el ejecutivo, presa de su propia trampa, que ahora
que las papas queman, nadie se jugara en ayudarlo a salir de ella. Solamente y
con suerte, habrá alguien que nos preste su hombro para llorar. Mientras tanto
los problemas de fondo siguen sin resolverse. A la inflación que llego para
quedarse, se sumó ahora el eterno default que durara sabe Dios hasta cuándo. En
el ínterin, ni un “Franklin” estará dispuesto a entrar; más probable siga la
hemorragia de dólares obligada para mantener al menos funcionando la economía,
que ya presenta síntomas de anemia, con suspensiones y despidos en el área
automotriz, metalúrgica y comercios.
Esta
dicho que este segundo semestre será muy conflictivo en lo económico y social.
El gobierno intentara patear para adelante la pesada carga que ya mismo
comienza a sentir. El destino le jugó una mala pasada, precipitándole los
tiempos para un aterrizaje suave hacia el 2015. Hoy la bomba que ellos mismo
activaron, puede estallar en sus manos si no logran detener el reloj a tiempo.
El
descontento social que ya comenzó a manifestarse a partir de los casos LEAR y
DONNELLEY, son apenas el comienzo de una seguidilla de futuras movilizaciones
con miras a producirse en pocos días. Una de ellas es la famosa marcha que
comenzó allá por septiembre de 2012 y que tiene como motor de empuje
principalmente a la clase media y media alta trabajadora, harta y asqueada de
este gobierno que no ceja en destilar corrupción. El próximo 18S es la
convocatoria a marchar por la renuncia de ella y de todo su gobierno. Tras
cartón las centrales obreras encabezadas por la CGT de Moyano, la Azul &
Blanca de Barrionuevo y la CTA de Pablo Micheli, podrían evaluar la posibilidad
de otro paro, esta vez de 36 ó 48 horas, después del protagonizado el 28 de
Agosto pasado, sin que el gobierno diera señales de acuse de recibo. Así de a poco iremos acercándonos a fin de
año, y toda vez que eso sucede, el fantasma de un conflicto social cada vez más
duro, saqueos y muertos aparece en la memoria de los argentinos. Quienes
tuvimos la desgracia de vivir la última dictadura, solo vemos que entre aquel
escenario económico-social y este, solo faltan los soldados y los tanques en la
calle, repartiendo palos a diestra y siniestra, en defensa de un régimen que
agoniza y que está a un centímetro de terminar como todas las dictaduras del
mundo.
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