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jueves, 2 de abril de 2015

"ESTRELLAS QUE NUNCA MUEREN"

A PARTIR DE HOY SE LANZA UNA NUEVA SECCIÓN DEDICADA A LAS GRANDES ESTRELLAS ARGENTINAS DEL TEATRO, CINE, RADIO, TV Y DE LA MÚSICA NACIONAL, QUE MARCARON EN TODOS NOSOTROS, UN HITO, UN PUNTO DE REFERENCIA, AL QUE SIEMPRE VOLVEMOS, PARA MANTENER VIVA LA LLAMA DEL RECUERDO. EN NUESTRA PRIMERA ENTREGA, RECREAREMOS UNA "ESTRELLA" DEL FIRMAMENTO DEL CINE ARGENTINO, QUE FUE ICONO INDISCUTIBLE, EN SU MEJOR EPOCA: "LA EPOCA DE ORO DEL CINE NACIONAL".


★★ ENRIQUE MUIÑO ★★

Enrique Muíño fue un actor clásico de teatro y cine hispano-argentino, que apareció en filmes entre 1913 y su fallecimiento en 1956.

Nacido en Laracha (a 20 km al sudoeste de La Coruña, y 50 km al norte de Santiago de Compostela) —muíño significa ‘molino’, en gallego—, emigra con sus padres siendo un niño a Buenos Aires (Argentina). Comenzó a trabajar a los doce años de edad. Cuando le comunicó a su padre que quería ser actor, éste lo obligó a ingresar en la Armada. Hizo un pequeño debut profesional (aunque sin cobrar un centavo) en 1898 (a los 17 años), con la compañía teatral de Jerónimo Podestá. Recién cuando pudo terminar la milicia (en 1902), se convirtió en actor de tiempo completo. Al principio trabajaba en papeles poco importantes. Más tarde formó un dúo creativo con su amigo Elías Alippi (1883-1942).Tuvo mucho éxito en el teatro El Nacional, en obras teatrales como Así es la vida, Triple seco y San Antonio de los Cobres.


En 1922 (a los 41 años) realizó una gira teatral por su tierra natal, Galicia, con la compañía Muiño-Alippi. También realizaron presentaciones en Madrid, Barcelona, Valencia, San Sebastián y Bilbao. Recibió un homenaje en su pueblo natal (Laracha) y en el Centro Gallego de Madrid. Comenzó una carrera en la industria cinematográfica de Argentina. Intervino en películas como La guerra gaucha, El cura gaucho, Su mejor alumno, etc. y en obras teatrales como Así es la vida. Hizo más de 20 filmes en Argentina y en Estados Unidos con roles protagónicos, como en El abuelo, junto a Mecha Ortiz. En el año 1941 recibió un Diploma de Honor en los premios Cóndor Académico (otorgado por la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de la Argentina), por su labor como mejor actor en la película El cura gaucho.


Muiño - Allipi, una dupla insuperable que se complementaban el uno al otro, por su pasion actoral. Obras como "Asi es la vida" dan una muestra cabal de las inimitables interpretaciones, que estas dos estrellas, dejaron marcado a fuego en el celuloide.

En 1941, Enrique Muiño con sus amigos el Flaco Alippi (quien fallecería el año siguiente, en 1942), Francisco Petrone (1902-1967), Ángel Magaña (1915-1982), Lucas Demare (1910-1981) y el productor Enrique Faustín fundaron la productora cinematográfica Artistas Argentinos Asociados. En 1944 recibió otro premio por Su mejor alumno, una biografía novelada del presidente Sarmiento y la relación con su hijo Dominguito. Vivió en el barrio San Cristóbal, en la calle Carlos Calvo 2281 (casi esquina Pichincha). En los últimos años de su vida cultivó también la pintura. Hizo estudios particulares con el pintor Fernando Fader, exponiendo en la galería Witcomb de Buenos Aires (en calle Florida 364).

Muiño-Alippi, la extraña pareja

Era una alianza a primera vista inexplicable. Enrique Muiño (1881-1956), uno de los actores más queridos por el público argentino, tenía una expresividad basada sobre todo en la gesticulación. En escena resultaba eficaz, pero en sus películas (Su mejor alumno , La guerra gaucha ) por momentos parece excesiva. Elias Alippi (1883-1942), su compañero en un rubro teatral que alcanzó notable y merecido prestigio, se destacaba por todo lo contrario: sobriedad, elegancia, mesura. Al fin de cuentas, Alippi conmovía más que su socio, porque la máscara no se interponía entre la hondura expresiva, bien de adentro, y el espectador. Muiño-Alippi se convirtió en una formula imbatible en cuanto al afecto del público, una garantía de calidad que fue transportada al cine en la versión, dirigida por Francisco Mujica, de Así es la vida , el clásico de Malfatti y De las Llanderas, a fines de los años treinta. En tanto, en el escenario, el dúo se afirmaba en la repercusión de un éxito que abarcó varias temporadas, Lo que le pasó a Reynoso.

En El revés de la máscara ("añoranzas y recuerdos teatrales rioplatenses"), el dramaturgo Carlos Schaefer Gallo (1889-1966) abunda en anécdotas de Enrique Muiño, que muestran su costado más histriónico y pintoresco. Con el grado de cabo, el joven Muiño sirvió en la Armada y surcó (según él) los siete mares. Esa etapa de su vida lo abasteció de una infinita cantidad de historias que, a juicio de su colega y socio Alippi, debían más a la imaginación que a la realidad. Una noche de 1921, después de un estreno en el hoy desaparecido Teatro Buenos Aires, coincidieron en el camarín de Muiño varias personalidades de la farándula porteña de entonces: Schaefer Gallo, el dramaturgo Alberto Novion, el periodista Agustín Remón, el crítico Pablo Suero, Alippi y un actor de apellido Faggioli. Este último tomaba en solfa todas las historias que relataba Muiño, quien perdió la paciencia y lo retó a un duelo criollo, esto es, a cuchillo. Porque don Enrique alardeaba también de "vistear" como nadie. "Concertado el lance y conseguida un arma para Faggioli, pues Muiño tenía su cuchillo, salieron del teatro acompañados por los intérpretes uruguayos Antonio Daglio y Pedro Gialdroni. Antes, Alippi, que ya vestido se disponía a retirarse, trató de apaciguarlos diciendo: "Es una bravuconada que los pondrá en ridículo". "Ha terminado la función -le replicó Muiño- y ya no sos mi director. ¡En este drama me dirijo yo mismo!" "¿Drama? -acotó Alippi-. Más bien sainete, y malo."

"Y mientras Alippi quedaba junto a la puerta del túnel del teatro, veía cómo los contendientes y sus padrinos se alejaban hacia Callao por Sarmiento. Éstos siguieron andando. Pasaron Pueyrredón. No hallaban sitio a propósito. El frío cortaba las carnes. Y como no había miras de dar con un "terreno de honor", ya cansado, Daglio los llamó a la reflexión. Después de discutir el caso, Gialdroni les hizo estrecharse las manos, yéndose a celebrar el feliz desenlace a un cafetín del barrio. Ya sentados en torno de una mesa, Muiño, sacando de la cintura su cuchillo, y desenvainándolo, lo blandió ante Faggioli, diciéndole: "¡Miralo! ¡De la que escapaste! ¡Está envenenado!".

Elias Alippi murió en 1942, tras poner en escena en el Cervantes, con la Comedia Nacional, una memorable versión del Martín Fierro.

Articulo publicado en La Nacion 

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... Hasta la proxima "Estrella", Amigos!

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