El
29 de mayo de 1969, obreros y estudiantes cordobeses y de otras provincias
salieron unidos a las calles de Córdoba. Ante la magnitud de la movilización;
Onganía ordenó que las Fuerzas Armadas se hicieran cargo de la represión. La
protesta fue un hecho localizado en la ciudad de Córdoba y como resultado de
los enfrentamientos hubo presos, decenas de heridos y 16 muertos, algunos
ajenos a la manifestación.
La reciente
historia argentina siempre ha demostrado que los gobiernos que aplicaron políticas
socio-económicas de corte netamente populistas y demagógicas, no terminaron bien
sus mandatos y que fueron víctimas de golpes cívico-militares o porque desde
las propias fuerzas políticas, se gestaron conspiraciones desestabilizantes con
el fin de precipitar el final de sus periodos de gobierno. El caldo de cultivo
de estos acontecimientos siempre tuvo inicio en las marchas populares, donde el
malestar social se hacía sentir a través de los distintos reclamos por la falta
de cumplimiento de los deberes de los funcionarios que gobernaron y gobiernan.
Un icono de estas movilizaciones fue el famoso “Cordobazo” producido el 29 de
mayo de 1969. Hoy como ayer, parece que todo apunta a que este desgobierno quiere
terminar en un escenario lleno de conflictos, tanto en lo económico como en lo social,
con profunda recesión y sin un horizonte claro. Según pudimos enterarnos por una
fuente que analiza el devenir de los tiempos mediante estudios astrológicos, el
mes de Octubre se presenta con muchos DESPIDOS, DEVALUACIÓN, CONFLICTO SINDICAL;
problemas con SERVICIOS PÚBLICOS y HOSPITALES por citar alguno. Todos estos temas
estarán afectados por los eclipses de Luna y Sol del 8 y 23 de octubre,
respectivamente. A todo esto se suma la imagen del país que está en plena decadencia,
y que lo confirma la reciente “actuación” de la presidente en el encuentro de
la ONU, donde no dejo títere con cabeza, repartiendo a diestra y siniestra,
acusaciones serias y responsabilizando al mundo, de todos los males que padece
nuestro país. Allí se pudo ver a una persona resentida socialmente, que no
acepta estar equivocada, y que se siente aislada por el resto de sus pares, comenzando
por el mismísimo presidente de los EEUU.