"La hipocresía y la caradurez no tienen límites en el gobierno más corrupto de la historia Argentina. De los Hipócritas y Estafadores que nos han gobernado, algún día los argentinos deberemos hacernos cargo. Porque no podemos negar que somos esclavos de lo que decimos y de lo que hacemos, como también responsables de nuestra debilidad e ignorancia, al haberles permitido a estos indignos, que ocupen los más altos cargos que conducen los destinos de nuestro país. En este año electoral, otra vez se nos presenta la oportunidad de extirpar ese cáncer que venimos padeciendo, llamado Corrupción. Pero parecería que aun seguimos sin entender que en estas épocas proselitistas, los mismos lobos disfrazados de corderos, salen a cazarnos mostrándose con gestos angelicales, propios de los cínicos que solo buscan permanecer eternamente en el poder".
A los políticos la verborragia a menudo suele jugarles en contra cuando después de haberse comprometido a cumplir con determinados promesas sobre mejorarle la vida a la gente, con el paso del tiempo la misma realidad termina dinamitándolos porque ella se encarga de demostrar que todos sus discursos no fueron mas que un paquete de mentiras imperdonables. Hay frases que quedan grabadas en el inconciente colectivo, que luego no se condicen con la triste realidad pero que aun así, buscan tener algún intento de convicción en las personas, principalmente en épocas de elecciones. De esta manera con la desfachatez que la caracteriza, Cristina Wilhelm se puso al frente de la campaña por las PASO, “haciéndose acompañar” por el único candidato elegido a dedo, al mejor estilo de una dictadura, donde el tirano de turno, es quien pone, saca, elimina de su entorno, al funcionario que se le plazca. Decidida a todo y con la hipocresía “al palo”, Cristina viajo a Brasil para lograr esa foto que pudiera hacer que su candidato levantara en las encuestas, y así lograr posicionarlo cómodamente, con miras a Octubre. Al parecer todo eso hasta ahora lo único que logro fue una gran catarata de críticas, llenas de insultos, que no tardaron en desparramarse por todo el país, a través de las famosas redes sociales y medios de prensa. Que Cristina se aproveche de la imagen de un ser humano como Francisco, con su pensamiento tan diametralmente opuesto al de ella, y que además pretenda mostrarse como una mujer profundamente cristiana y devota al catolicismo, es de un cinismo sin límites que provoca ni más ni menos, asco y repulsión.
“Será porque están nerviosos y como se les viene la noche recurren a cualquier método con tal de ganar”, era uno de los tantos comentarios que se escuchaban por ahi. Es que a esta altura de los acontecimientos, se percibe un aire de hartazgo y cansancio moral, que cualquier persona de bien debe estar experimentando. Ya nadie se traga el caramelo del relato sobre “la década ganada”, “el mejor gobierno de la historia en 200 años”, y tantas otras frases insultantes a la inteligencia del ciudadano común, donde toda vez que ella esta por hacer un anuncio en cadena nacional, la mayoría cambia de canal o apaga el televisor. Pero aun teniendo un instrumento tan valioso como es el sufragio en la vida democrática de una sociedad, vemos que todavía no pudimos deshacernos de estas verdaderas mafias delictivas, que continúan atentando con nuestro presente y el futuro de nuestros hijos. La pregunta que cabe hacernos es, ¿Por qué después de 30 años de democracia, de los cuales 22 fueron ocupados por gobiernos peronistas, todavía podemos creer que confiándoles a “ellos” nuestro voto nuevamente, vamos a encontrar la verdadera salida de este laberinto en el que supimos meternos? Porque no vaya UD. a creer que la culpa de todos los males que hoy padecemos, solo la tienen los políticos corruptos que nos gobiernan.
Si claro, la decada ganada... ELLOS ganaron con lo que se robaron en todos estos años, comenzando por Ud. y su difunto marido, "Sra. Presidenta"
Cuando en una sociedad las libertades individuales y económicas las maneja un grupo de individuos o seudo-gobernantes, que se constituyen en una asociación ilícita para dedicarse a hacer sus propios negocios, utilizando todos los recursos disponibles del estado, que les permita hacerse de los dineros públicos (que es el ahorro de todos nosotros), para luego llevárselos a paraísos fiscales, bóvedas o mausoleos, es porque en algún momento, TODOS nosotros ante la mínima sospecha de un acto de corrupción, hemos mirado para otro lado. Nunca antes quisimos involucramos lo suficiente como para exigirles ni a este gobierno ni a los anteriores, que rindiesen cuentas para que así terminasen presos todos los corruptos. ¿Por qué? Porque en épocas de bonanza económica, los argentinos nunca nos intereso saber que podían estar tramando los inescrupulosos de siempre, enquistados en el poder. Porque cuando la plata fluye en nuestros bolsillos, es señal que la economia “anda bien”. Y si la economia anda bien, lo demás no importa. Y sino recordemos los acontecimientos previos al fatídico diciembre de 2001, donde todos nos vimos afectados, cuando nos metieron la mano en el bolsillo. Ahí TODOS salimos a romper todo, ¿se acuerda? Pues bien, hoy no estamos lejos de aquella mala experiencia. La diferencia entre aquel momento y este, es que en aquel entonces todo ocurrió de golpe. En cambio desde el 2003, cuando Eduardo Duhalde tuvo la brillante idea de “vendernos” el espejito de color Kirchnerista y nosotros como estúpidos lo compramos, el proceso de degradación de país fue el mismo solo que mas lento. Porque primero se tomaron un tiempo para que todos nosotros con nuestro esfuerzo volviéramos a generar riqueza, para que después ellos se la volvieran a robar. Y así fue siempre. ¿Desde cuanto tiempo atrás venimos repitiendo la misma historia? Y hoy todavía hay muchos ignorantes que siguen apoyando este “Modelo” de transferencia de recursos, que continúa fabricando millones de pobres y enriqueciendo solo a muy pocos: No entienden que es la matriz para seguir robando, la que sigue intacta. Y desde Memem para acá, TODOS se encargaron de cuidar que nadie la desmantele.
"Así es como venimos escuchando a Cristina Wilhelm, una persona que usurpo el poder, que se cree invencible, omnipotente y que también le gusta llamar la atención a los fotógrafos con sus expresiones donde por momentos, luce como una persona desequilibrada"
Por eso el titulo de la nota refleja lo que TODOS muchas veces decimos sin pensar en primer lugar, y lo que se pone en juego a partir del momento que se disparan las palabras. El ser humano por defecto siempre pone la lengua en movimiento antes de poner la mente a funcionar para previamente analizar cual será el efecto o las consecuencias que pueden desatar sus dichos. Los políticos deberían tener una mayor cautela cuando desde un atril se disponen a abrir la boca para dar sus mensajes porque luego, si no cumplen con lo prometido, es difícil volver de ese lugar donde se colocaron con lo que dijeron. Así es como venimos escuchando a Cristina Wilhelm, una persona que usurpo el poder y que además se cree invencible y omnipotente. Hasta ahora lo único que se observa, es que esta dispuesta a sostener la mentira que comenzo hace diez años, y que además no va a cambiar su estilo confrontativo y sucio de mantenerse en el gobierno a cualquier precio. Por eso el uso discursivo en sus mensajes demuestra su permanente odio, que solo busca herir, engañar, mentir, estafar, tomar el pelo, insultar, violar, robar, perpetuar. Si, aunque lo niegue, en el fondo ella quisiera perpetuarse porque es la única alternativa de mantenerse en el poder. De lo contrario, sabe que le espera una lluvia de denuncias, que harán que termine con suerte, en la cárcel. Y a propósito del tema justicia, vinimos viendo últimamente que muchos jueces y fiscales están avanzando a paso firme con las causas de corrupción que le son a este gobierno. Ya no cabe dudas que el poder que a la ciudadanía le queda como ultimo recurso de esperanza y al cual deberá defender a capa y espada, es el Poder Judicial. Solo con hombres probos que estén dispuestos a impartir justicia en nuestra República, tendremos la garantía de encontrar el camino definitivo hacia una Nación libre, prospera y digna de ser habitada. Mientras tanto hasta que ello no ocurra, todos seguiremos siendo esclavos de nuestras palabras.
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