La
puesta en escena de un espectáculo con luces coloridas, fuegos de artificio,
canto y baile, solo cumple un propósito efímero: distraer al soberano por un
momento, de los principales problemas acuciantes de su vida cotidiana. Aun así,
el Kirchenerismo en su último festejo de semana de Mayo, pone toda la carne al
asador, para demostrar que todavía ejerce el poder y que pretende seguir gobernando
el país, más allá del 10 de diciembre de 2015.
Depende
por donde se lo mire. Si observáramos lo que está ocurriendo hoy en nuestra
amada Argentina, la frase impuesta por este gobierno –Tenemos Patria- hace agua
por donde se la analice. Según el
diccionario de la real academia española, Patria significa “Tierra natal o
adoptiva ordenada como nación, a la que se siente ligado el ser humano por
vínculos jurídicos, históricos y afectivos”. Hasta allí podríamos decir que
desde lo teórico, cumple con los requisitos convencionales que desde nuestra niñez,
nos fuimos educando bajo esos preceptos. Ahora bien, en lo practico no sucede
exactamente así, ya que dado a las graves falencias que padecemos en materia
institucional, nos encontramos que el estado no existe donde debería estar. Y
un estado ausente, vulnera la soberanía de un pueblo. En gobiernos como el
actual, el significado Patria suele estar unido a connotaciones políticas o
ideológicas, y por ello es objeto de diversas interpretaciones, así como de uso
propagandístico que pretende mostrar la gran obra de un gobierno, como lo
pretende hacer éste. Claro que si todo el esfuerzo y la dedicación que se dice
que han puesto, estuviese volcado íntegramente al desarrollo y el bienestar de
nuestra población, hoy estaríamos celebrando los doscientos cinco años de
historia con orgullo y verdadero patriotismo.
Pero
las cosas no están bien para estar de festejos, y mucho menos, cuando se
pretende distraer a la gente, con obras faraónicas totalmente innecesarias,
como el centro cultural recientemente inaugurado. Y para peor no tuvieron mejor
idea que ponerle Néstor Kirchner! A veces pienso que ser idiota en esa patria
que ellos inventaron, ofrece muchas más ventajas que vivir en la real. Por
ejemplo, en “su patria” todo funciona de maravillas como los trenes, los
aviones, los colectivos, la electricidad, el mercado bursátil, la salud, la
educación, y por sobre todas las cosas, la seguridad. Si señor!, en la patria K
nadie se muere de hambre, ni es víctima de un asalto. La policía no necesita
patrullar las calles ni tener presencia en los hospitales. Eso sí, tienen que
cubrir los estadios de fútbol porque se trata de un evento social y cultural,
para “acompañar” a las barras que se aprestan a disfrutar de un espectáculo
único y civilizado. En cambio el que pretende ir a un estadio con su familia, lo
tendrá que dejar para otro momento. Tendrá que verlo desde su casa. Para eso se
inventó el Fútbol Para Todos. Pero deberá armarse de paciencia cuando le metan
los banners de publicidad oficial en la pantalla, refregándole lo logros
obtenidos en “la década ganada”.
Pretender
decir que “Tenemos Patria” porque tuvimos en estos doce años de Kirchnerato un
viento de cola que ya no sopla, es un insulto a la memoria de nuestros próceres,
que fueron los que le dieron origen a nuestra verdadera Patria.
La
palabra patria en nuestra historia reciente, ha sido utilizada tanto por
gobiernos militares como civiles, con la mera intención de generar un sentimiento
de profundo nacionalismo por los valores y costumbres de nuestra cultura
rioplatense. El manipuleo de las palabras con medios hábiles, a veces arteros,
en la política, con distorsión de la verdad o la justicia, y puestos al servicio
de intereses sectarios, ha sido el común denominador de muchas administraciones
gubernamentales de corte populista. Así
se recurre al fervor pasional de los argentinos, invocando los valores
nacionales como son la familia, la casa, el trabajo, la escuela, la religión, la
patria y porque no, el fútbol. Son en estos días donde la mayoría de los
ciudadanos argentinos nos ponemos sentimentales, eufóricos, nostálgicos, por miles de cuestiones que no necesariamente
tienen que ver con el evento histórico en sí mismo. Porque todo lo que vemos a
nuestro alrededor no es más que una puesta en escena, para distraer nuestra atención
de las cosas que todavía faltan hacer, para que uno se sienta orgulloso de vivir
en esta Patria Argentina. La deuda que han dejado estos gobiernos, en especial
este que se va, es E-N-O-R-M-E. Solo se podrá apreciar su dimensión, cuando el
próximo presidente que asuma, logre desovillar esta compleja madeja y desactivar
las bombas plantadas en este campo minado llamado “modelo”, siempre y cuando
pueda, o le permitan hacerlo.
Primero
Perón y Evita. Luego, los Kirchner: El matrimonio diabólico, que intento emular
las acciones del gobierno peronista, procurando igualarlo o superarlo. El
viento de cola de los primero años, hizo posible ese sueño. Solo que el
despilfarro de los dineros públicos de la década ganada de este gobierno, fueron a parar a los bolsillos de sus funcionarios y amigos del poder.
Durante
la mañana del 25 de mayo, una gran multitud comenzó a reunirse en la Plaza
Mayor, actual Plaza de Mayo, liderados por los milicianos de Domingo French y
Antonio Beruti. Se reclamaba la anulación de la resolución del día anterior, la
renuncia definitiva del virrey Cisneros y la formación de otra Junta de
gobierno. El historiador Bartolomé Mitre afirmó que French y Beruti repartían
escarapelas celestes y blancas entre los concurrentes; historiadores
posteriores ponen en duda dicha afirmación, pero sí consideran factible que se
hayan repartido distintivos entre los revolucionarios. Ante las demoras en
emitirse una resolución, la gente comenzó a agitarse, reclamando: "¡El
pueblo quiere saber de qué se trata!"
Tras
la finalización del Cabildo abierto se colocaron avisos en diversos puntos de
la ciudad que informaban de la creación de la Junta y la convocatoria a
diputados de las provincias, y llamaba a abstenerse de intentar acciones
contrarias al orden público.
Pretender
decir que “tenemos patria” porque tuvimos en estos doce años de Kirchnerato un
viento de cola que ya no sopla, es un insulto a la memoria de nuestros próceres,
que fueron los que le dieron origen a nuestra verdadera Patria, y que para lograrlo no tuvieron que robar, estafar, sobornar, corromper, mentir, humillar e
incluso, entregar la soberanía de nuestros recursos naturales, como lo hicieron
este y otros gobiernos que lo precedieron. “La Patria es el otro”, otra estafa
moral que nos duele al ver como la pobreza e indigencia que “ellos” ocultan,
crece día a día, desnudando otra mentira más del kirchnerismo. Tener Patria es
primero tener saldada la deuda interna socio-económica; ordenadas las cuentas públicas; saber honrar a nuestros abuelos con jubilaciones DIGNAS, tener satisfecha la demanda salarial, de vivienda, de salud y de educación de los
trabajadores; saber interpretar hacia dónde va el mundo y con él, marchar a la
par para lograr el progreso y desarrollo de todos los argentinos, por igual. El
día que algún gobierno interprete esto como el tema principal de su gestión y
nosotros nos encarguemos de hacérselo cumplir a rajatabla, que demandemos a
nuestros gobernantes acciones concretas que erradiquen la pobreza, la
indigencia, la inseguridad, la falta de educación, que asuman el compromiso
formal de llevar a cabo 5 o 6 puntos básicos sobre el desarrollo de políticas
de estado, que trasciendan sus propias administraciones y sean continuadas por
otros gobiernos, que ello nos coloque en el concierto de las naciones desarrolladas,
que permitan convertirnos en una nación seria y respetuosa de sus leyes…, ese
día tal vez, los argentinos nos merezcamos Tener Patria.
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