Deberían sentir vergüenza al permitir que un militar como Milani, acusado de delitos de lesa humanidad y enriquecimiento ilícito, haya sido nombrado al frente del Ejercito Argentino, como cabeza de conducción y ejemplo a seguir. Detrás de la imagen, el padre de la Patria, el Gral. Don Jose de San Martín deliberadamente puesto como símbolo de aprobación a tamaña vejación y degradación de nuestras FF.AA.
La frase que sintetiza al despotismo ilustrado es: "todo por el pueblo, pero sin el pueblo". Pendiendo de un sistema eléctrico obsoleto con más de 70 años de antigüedad, los argentinos hemos arribado al dramático colofón de una década que nos deja el Cristi-Kichnerismo con un deterioro palpable en la infraestructura de los servicios públicos esenciales, donde la presencia del estado debe prevalecer, en resguardo del bienestar de la población, por el simple hecho de ser ese, un derecho constitucional inalienable. El estado encarnado por el gobierno de turno, es el último responsable en velar por el cuidado de sus ciudadanos, mas allá de la existencia de los acuerdos de locación y manejo de esos servicios básicos, que ese gobierno haya celebrado con empresas privadas. En consecuencia si las máximas autoridades del país miran para otro lado en situaciones como las actuales, los funcionarios que las componen deberán cargar con la responsabilidad y culpa por estar permitiendo que se cometa un Exterminio sistemático, paulatino y en forma escalonada de sus ciudadanos, no importa su origen, raza, religión o afinidad política. Por esta actitud desaprensiva e indiferente, tales individuos que ejerzan un cargo público, no merecen más que ser considerados infames Traidores a la Patria.
Esas miradas cómplices los delatan. Cristina Wilhelm acaba de pactar con un militar tan corrupto como ella, que supuestamente le garantiza el control en la población por los desbordes que puedan provocarse, debido al desgaste de su imagen y credibilidad. Ante un posible estallido social generalizado, el militar corrupto cuenta con el aval de la presidente, para el despliegue de tropas en el territorio como acción disuasiva, violando así la ley de seguridad interna.
En todo esto también cabe hacer una mea culpa. No toda la responsabilidad de lo que hoy nos pasa es de este gobierno o de los anteriores. Digamos que en el “consorcio” imaginario donde vivimos los argentinos, los administradores a quienes les hemos confiado el manejo y cuidado de nuestras vidas, nos han siempre estafado y robado. Y siempre que tuvimos la oportunidad de elegir a un nuevo administrador, terminamos igual o peor con el fondo de las reservas del consorcio saqueado. Todo por no haber ejercido correctamente nuestro deber de cuidar que nuestras “expensas” tuvieran el destino que les corresponde, que es la mejora y mantenimiento de nuestro “edificio”, es decir la Argentina. Tampoco advertimos o no quisimos aceptar la existencia de los “negocitos” que nuestros administradores de turno hacían con los supuestos proveedores que debieron hacer los arreglos que necesitaba nuestro edificio. Solo le hicieron apenas una “lavada” de cara, como a los trenes del FF.CC Sarmiento.
Así con esta comparación que ilustra a un consorcio de un edificio, es lo que le ha pasado a nuestro país donde los consorcistas argentinos, somos tan culpables y responsables como sus administradores perversos. Por haber tenido solo oídos para escuchar el canto de sirenas con el que endulzaron nuestro voto, hoy el precio que estamos pagando es tan alto como la gran estafa de estos gusanos reptilianos que nos gobiernan, a quienes les confiamos los destinos de la nación. Por tanto cabe decir que en algún momento cuando hayamos superado esta etapa de decadencia, los argentinos nos debemos una profunda y sincera auto critica que nos haga cambiar el enfoque sobre en qué país queremos vivir.
Justo en la mitad de su segundo mandato, tras haber transitado una década de inmejorables condiciones económicas en la historia de nuestro país, el modelo del régimen K se desmorona en forma estrepitosa, poniendo al desnudo el estado de abandono y obsolescencia de sus servicios públicos, que a su vez traducen el resultado final de la mentira más grande jamás vivida en todos estos años, cuyo único responsable final es este gobierno que se ha jactado de ser, el mejor gobierno en los últimos 200 años.
El enojo de la gente que padece los miles de cortes eléctricos, se hace carne en cada uno de los otros ciudadanos, que por mera suerte del destino, todavía no han sido alcanzados por la epidemia llamada “sin luz”. Ellos miran azorados las imágenes por televisión y con temor de saber que en cualquier momento, pueden sumarse a la interminable lista de los ya afectados. Es como si se aproximara una "tormenta" que puede arrasar con un país, en este caso la Argentina. Esa tormenta tiene un "mentor que la genero, y se debe a los errores auto infligidos de un grupo vandálico que usurpo el poder en el 2003. Se trata del virus que ha sido inoculado en gran parte de la sociedad llamado factor "k" que hace 10 años, comenzó a hacer estragos en todos los rincones de la Republica. El antídoto que se está buscando para generar la vacuna que extermine al virus, aun no aparece. Tal vez el mismo se encuentre en el ADN de muchos de nosotros que aún no hemos entendido que esto que nos pasa tiene un origen que lleva ya más de 70 años enquistados en nuestra querida Patria. Muchos pueden no estar de acuerdo pero si analizamos objetivamente las cosas, otro hubiera sido nuestro destino sin el populismo ilustrado que siempre gobernó, y que aún nos gobierna. Y que hayamos elegido siempre lo fácil y lo cómodo, en algún momento esa actitud nos iba a pasar factura. Bueno, en eso nos encontramos hoy los argentinos, donde pagan justos por pecadores y donde a todos nos miden con la misma vara.
Con el silencio de los funcionarios, empezando por el de la apócrifa presidente, están logrando que la irritación popular se eleve y alcance un nivel de crispación, difícil de conformar con meras declaraciones demagogias.
La misma actitud de siempre de esta banda de delincuentes que gobierna fue no salir a dar la cara frente a un hecho que desnuda su ineptitud. Cromañon, Once, Legislativas 2009-2013, jamas admitieron un error. Jamas admiten una derrota; por el contrario la culpa la tiene el otro. Pero la vida se encarga de sacar a la luz, aquello que se oculta y este gobierno escondió a los pobres, a la inflación, la falta de inversiones. Hoy todo eso salta por los aires erosionando la paciencia de muchos argentinos, que por distintas razones, están hartos, se sienten estafados económica y moralmente. Con el silencio de los funcionarios, empezando por el de la apócrifa presidente, están logrando que la irritación popular se eleve y alcance un nivel de crispación, difícil de conformar con meras declaraciones demagogias como la que expresara hace unos días Julio De Vido, quien es uno de los principales responsables de esta crisis energética. Con esto, no hacen otra cosa mas que ir despertando al "monstruo" que estaba dormido. Ahora deberán dar respuestas inmediatas, porque de lo contrario habrá sangre en las calles. Quiera dios que esto no ocurra.
Kirchner-De Vido el tándem que trajo de Santa Cruz, la matriz generadora de corrupción y grandes negociados, para instalarla en el gobierno nacional, con la intención de potenciar el enriquecimiento del matrimonio presidencial y de aquellos funcionarios que entendieran para que sirve hacer política en la Argentina. Nadie que tuvo la oportunidad de incrementar su patrimonio, dejo de hacerlo por cuestiones de moral y ética pública. Tal es el caso de muchos jueces que fueron cooptados por ese virus letal, a cambio de cajonear las causas de corrupción que involucran directa o indirectamente a Néstor y Cristina, en primera instancia.
El lujoso monumento que fuera erigido en memoria del más grande corrupto de la historia del país, está acusando un peligroso deterioro en su estructura, que amenaza con derrumbarse...
Llegará un tiempo donde debamos corregir esas inequidades y también aceptar que hemos sido muy mansos en los momentos donde la patria nos necesitó cuando estuvo en peligro, como lo está ahora. La pregunta que deberíamos hacernos es si estamos a la altura de las circunstancias actuales, como para tomar el toro por las astas y ponerle coto al avance intempestivo de un régimen, donde su principal responsable juro por “El” y también, llevarse puesto nuestro país sin importarle sus consecuencias. Los ciudadanos que fueron vilmente estafados por un sueño que hoy ya nadie comparte, ven como símbolo del resquebrajamiento de una década plagiada, como el lujoso monumento que fuera erigido en memoria del más grande corrupto de la historia del país, está acusando un peligroso deterioro en su estructura, que amenaza con derrumbarse... Tal vez sea el presagio de la caída de un régimen agotado y perimido, que solo está reptando, boqueando, por la falta de oxígeno provocada por su propia soberbia, en no querer ver que todo tiene un final en esta vida y que todo el mal que provocaron, inexorablemente deberán pagarlo.
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