"La muerte ronda por las calles del país. Y los argentinos, vivimos presos con el temor a ser ejecutados en cualquier momento o lugar; sin que nada cambie, ni nadie se entere..."
Día tras día vemos como la intolerancia,
el desprecio por la vida de los ciudadanos, se incrementa de manera
exponencial. Nos enteramos como en Santa Fe, unos inadaptados entraron a una
escuela a robar y terminaron ahorcando a la maestra del curso embarazada,
frente a sus alumnos. Otro hecho, el del médico que se defendió (según
manifiesta) de un asalto a su consultorio asesinando al delincuente. En estos días,
otro caso similar, el del carnicero de Zarate. Y así podríamos estar horas y horas relatando hechos delictivos,
al menos, los que trascienden públicamente. Da la sensación que todo sigue
igual, desde el cambio de autoridades a partir de Diciembre último. Tener que
escuchar que la gobernadora de la pcia. de buenos aires tuvo que mudarse a una
base militar por su seguridad y la de su familia, pone de manifiesto el grado
de locura en la que estamos todos inmersos e indefensos. Me temo que este
gobierno todavía no ha podido encontrarle la vuelta sobre la manera de
enfrentar el flagelo de la inseguridad, que no para de arrojar víctimas fatales a cada hora, a cada minuto...