Ayer enemigos. Hoy unidos por algo mas que el espanto
¿Por
qué Cristina viaja al Vaticano el próximo 17 de Marzo en una visita privada, y
por qué el Papa Francisco se la concedió
sin ningún reparo? ¿Acaso van a negociar alguna suerte de salida decorosa de la
renunciada de hecho presidente argentina a cambio de ciertos temas sensibles para la iglesia como el aborto, la fecundación
asistida, el clima social, el narcotráfico..? Lo cierto es que nada
transparente envuelve hoy a estos dos personajes de la esfera mundial que de
alguna manera, sus destinos se entrecruzan cuando de intereses geopolíticos se
trata. EL 12 de Febrero, fecha que dio inicio a una manifestación estudiantil
en Venezuela, nadie imaginaba que ese evento se prolongaría en el tiempo y que
siguiera durando aún más, puesto que las más de 20 muertes de civiles, en su mayoría
estudiantes, en manos de las milicias
armadas llegadas de Cuba, merecían al
menos una acción conjunta de repudio de la UNASUR y porque no, del Papa Francisco. De la primera
era de esperarse el silencio cómplice que ponía de manifiesto el apoyo
subliminal hacia el gobierno de Maduro, pero del segundo.., no más que una
simple intervención verbal que “debían cesar los ataques a los manifestantes”,
y eso fue todo lo que trascendió. Recordemos el episodio que tuvo relación con
las armas químicas en Siria y de qué manera Francisco logro que se detuviera el
aprovisionamiento, al menos temporario, que Rusia estaba dándole al dictador
Bashar al-Assad y la repercusión que tuvo ese hecho en el resto del mundo. ¿Y
porque un hecho gravísimo como el de Venezuela, no tuvo del papa el mismo
protagonismo capaz de detener la masacre que aún persiste?